Aceites vegetales
LOS ACEITES DE SEMILLAS SON MALOS 😡😡😡
Pero... ¿por qué son realmente malos?
En los últimos años, se empezó a hablar cada vez más sobre los efectos para la salud que tienen este tipo de grasas insaturadas, en particular las grasas poliinsaturadas (PUFA) que se encuentran en los aceites de semillas como el de soja, canola y girasol.
Si bien gran parte de la conversación en torno a estos aceites se centra en los productos quÃmicos nocivos que se utilizan durante su procesamiento (como la extracción con hexano, el blanqueo y la desodorización), el problema real es mucho más profundo...
El problema no radica sólo en cómo se fabrican estos aceites, sino en la naturaleza misma de las grasas poliinsaturadas en general.
Los PUFA son quÃmicamente inestables debido a la presencia de múltiples enlaces dobles en su estructura.
Esto hace que sean propensos a la oxidación, tanto cuando se exponen al calor cuando se cocinan como a dentro del cuerpo incluso sin cocción alguna.
Las grasas oxidadas generan radicales libres que son dañinos ya que contribuyen al daño celular y a la inflamación. Para la tiroides, esta inestabilidad supone una amenaza directa, ya que la glándula tiroides es muy sensible al estrés oxidativo.
Los PUFA interfieren con este proceso en múltiples niveles.
En primer lugar, inhiben la producción de hormonas tiroideas al bloquear las enzimas involucradas en este proceso.
También interrumpen el transporte de estas hormonas por todo el cuerpo, impidiendo que lleguen a los tejidos.
Además, los PUFA afectan la capacidad del hÃgado para convertir la hormona tiroidea inactiva (T4) en su forma activa (T3) que es crucial para mantener la salud metabólica.
Uno de los mayores problemas con los PUFA es que se acumulan en el cuerpo con el tiempo.
A diferencia de las grasas saturadas, que son más estables y menos propensas a la oxidación, los PUFA tienden a integrarse en las membranas celulares, lo que las hace más vulnerables al daño oxidativo.
Con el tiempo, esto puede provocar una cascada de efectos negativos, que incluyen inflamación, deterioro de la producción de energÃa y reducción de la función tiroidea.
Este estrés oxidativo crónico puede ser particularmente dañino para la tiroides, contribuyendo a condiciones como el hipotiroidismo, en donde la glándula es hipoactiva (lo que crea todos los problemas conocidos por la humanidad).
Es fácil ver por qué las grasas insaturadas, particularmente las poliinsaturadas, se convirtieron en un motivo de preocupación para aquellos que buscan mejorar la salud de la tiroides.
El daño que causan no se debe únicamente a los métodos de procesamiento industrial o a los productos quÃmicos que se utilizan durante su extracción, aunque estos factores sin duda aumentan el riesgo.
El verdadero problema es la inestabilidad inherente de las propias grasas, que conduce al estrés oxidativo y al deterioro de la función tiroidea.
Por el contrario, las grasas saturadas como el aceite de coco, la manteca y el ghee son mucho más estables y resistentes a la oxidación. Estas grasas favorecen la salud de la tiroides ya que nos proporciona una fuente constante de energÃa y nos protegen contra la inflamación.
A diferencia de los PUFA, no alteran el equilibrio hormonal del cuerpo ni promueven el tipo de estrés oxidativo que daña la tiroides con el tiempo.
Cual es la moraleja de todo esto? es que no se trata solo de evitar los aceites de semillas procesados que se encuentran en tantos alimentos envasados y comidas de restaurantes
Sino considerar que las propias grasas insaturadas en sà mismas, particularmente los PUFA, representan un riesgo fundamental para la salud de la tiroides.
Al eliminar estas grasas y reemplazarlas con opciones más estables y saturadas, puede ayudar a proteger tu tiroides, favorecer la producción saludable de hormonas y mantener la función metabólica y el bienestar general.
Qué grasas y aceites elegir y cuáles evitar
Grasas que favorecen el metabolismo:
- manteca
- aceite de coco
- sebo de res
- manteca clarificada
- crema, queso, leche entera
- yemas de huevo
- manteca de cacao
Grasas a evitar:
- aceite de pescado
- aceite de canola
- aceite de semilla de cáñamo
- aceite de semilla de algodón
- aceite de sésamo
- aceite de manÃ
- aceite de maÃz
- aceite de girasol
- aceite de soja
- aceite de lino
- aceite de nuez
- aceite de semilla de chÃa
- aceite vegetal
- aceite de palta
- cualquier nuez y semillas
- pescados grasos como el salmón, la caballa, las sardinas y la trucha *en exceso*
- las partes grasas de animales no rumiantes alimentados con piensos convencionales (chancho, pollo)
Grasas para disfrutar en menores cantidades:
- aceite de oliva
- aceite de palma rojo
- médula ósea
- huevos convencionales
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