Todo tiene quien todo da


Dar, servir, ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, ser generoso y amable desinteresadamente, es una de las cualidades más interesantes que podés desarrollar, porque al final del día te vas a terminar juntando con gente que es como vos.

De la premisa que dice "atraes lo que eres"

La razón base por la cual vinimos al planeta es que vinimos a compartir. 

Es un hecho biológico, el ser unicelular más pequeño en el universo, no sirve de nada, si no pasa su información genética a otro.

La vida hace sentido cuando pasas lo que sabes, cuando compartís lo que tenés.

Vivir es compartir. No es una frase cliché (ahre que si lo es) pero es cliché por una razón, porque en el fondo es cierto. 

Y compartir no significa renunciar a algo que aprecias a cambio de nada, el verdadero significado de compartir es, empezar el proceso de intercambio.

Jordan Peterson en su libro Beyond Order decía lo siguiente:

“Todas las causas de mortalidad parecen reducirse entre los adultos con redes sociales solidas… Y esto se percibe también entre los ancianos, en el caso de las enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el enfisema y la artritis, y entre los adultos de mayor y menor edad, en el caso de los infartos. Curiosamente, parece que es el hecho de ofrecer apoyo social, tanto o más que el recibirlo, lo que aporta estos beneficios protectores (y, como cabría de esperar, que los que más dan, más reciben). Por lo tanto, parece incontestable que es mejor dar que recibir.”

Es buena idea ser útil para los demás, sentirnos útiles es una de las mejores sensaciones que podemos tener como humanos porque evolucionamos para formar parte de una tribu.

El estatus que nos otorga la sociedad depende de dos factores principales: nuestro éxito y nuestra virtuosidad. 

Por éxito me refiero a demostrar capacidades o conocimiento especial en ámbitos que otros quieran imitar. 

Por virtuosidad entendemos los comportamientos que ayuden a otros.

Por suerte, ayudar a otros es más fácil que ser exitoso. En vez de intentar ser el más exitoso, podés intentar ser el más útil.

Ambos objetivos se complementan, la virtud facilita el éxito. Si ayudas a los demás, es muy probable que te ayuden a vos cuando lo necesites.

Esto es así porque como humanos somos naturalmente "recíprocos" tendemos a "compensar" las ayudas que recibimos.

La naturaleza es sabia y aquellos que más dan son también a menudo quienes más reciben, a nivel salud por ejemplo viven más tiempo y son más sanos. Y no es magia o hay algo súper místico o religioso detrás sino que es ciencia: cuando sos generoso, ayudas a los demás liberas oxitocina también conocida como “hormona del amor” que tiene también un efecto a nivel cardiovascular.

Euge Oller en uno de sus videos lo relataba de la siguiente manera:

“Una de las formas para vivir más tiempo era cuando cuidas a personas mayores en tu familia, cuando haces algo por tu entorno, y lo explicaba de forma evolutiva porque decía que cuando tú por ejemplo levantas pesas le estas diciendo a tus músculos que te estás haciendo más fuerte y que todavía estas activo, la naturaleza te quiere preservar esta persona todavía es de utilidad para su tribu. Y cuando ayudas a tu tribu segregas oxitocina y cierto químico que te ayudara con el colesterol en tu cuerpo porque asume que tú eres todavía de valor para tu tribu. Hacer cosas bien por los demás.”

La liberación de oxitocina hace que nos sintamos menos angustiados y más en calma.

Dar es parte integral de cualquier intercambio social saludable, estable y en el que todos ganen.

Así que ayudar a los demás va a hacer que te sientas mejor y va a elevar tu prestigio social. 

Como todo hay un grado óptimo de bondad.

El altruismo patológico es igual de malo que el egoísmo. Ayudar a los demás no puede implicar descuidar tus necesidades básicas ni de ser un ingenuo. Sino de relacionarte con gente que tenga los mismos valores que vos.



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